lunes, 11 de enero de 2010

¿Periodistas... de ficción?

Ahora que publico una encuesta para conocer vuestra opinión acerca de la eliminación de la publicidad en TVE, recuerdo la encuesta que hice para otro de mis blogs hace ya más de seis meses. Hace mucho tiempo, pero gracias a esos meses que han pasado puedo ver resultados.

En aquella encuesta pregunté si la relación entre el cine y el periodismo reflejaba fielmente la imagen del periodista actual. Es decir, si lo que veíamos en las películas era simple fantasía y mucha imaginación para dar más interés a la cinta o si los profesionales que salían en aquellas historias eran un fiel reflejo de los que nos podíamos encontrar en las redacciones de los medios. Las respuestas ya están y tienen un claro camino. De las cuatro opciones que di, la más seleccionada con veinticuatro votos (un 73%) es la que decía: "el cine magnifica un poco la profesión y los problemas que pueden pasar ejerciéndola, pero hace una visión aproximada de lo que sería". Está claro que, y la segunda opción más votada lo confirma ("La misión y la competitividad que existen en los medios sí se refleja, pero hay falta de realismo en los personajes de los periodistas"), el cine fantasea un poco con la profesión. Será que describir cómo un periodista pasa varias horas en la puerta de una sala de prensa esperando que llegue el jugador de fútbol de turno, para hablar durante unos escasos diez minutos no tiene gancho para una película. Ni cuando se va a grabar la típica pieza de calor o frío cuando llega la fecha.

Lo peor viene cuando muchos ilusionados se creen al meterse en la carrera que lo que han visto en el cine es lo que se van a encontrar cuando lleguen a su trabajo. Pensarán, inocentemente, que al llegar el bombazo del siglo se le encargará a él/ella. Cuando vayan a grabarlo tendrán que pasar por varias situaciones arriesgadas y todo, consiguiendo hacer caer a la organización más corrupta que exista. Eso sí, sin sufrir ningún daño, que para eso es el periodista intrépido que busca la noticia y saca a la luz los escándalos.

Sin embargo, cuando llegue al trabajo, verán que la mayoría, si no todas, las noticias te las encarga tu redactor jefe, según le hayan pedido a él también otros que están por encima. Seguramente, será una noticia que te venga ya prácticamente hecha, pues será una rueda de prensa, una vista en un juzgados o algo por el estilo. Y no te quepa duda: cuando llegue el frío, harás una pieza diciendo que hace mucho frío. Y cuando llegue el calor, lo mismo pero con calor.

No obstante, si eres de los ilusionados no te deprimas. Cada uno en su trabajo tiene que "aguantar" lo que le venga, pero puede hacerlo como un periodista corriente que dice sí a todo, o como uno de esos ilusionados que son capaces de sacar de lo más simple, una buena noticia.

domingo, 10 de enero de 2010

Las televisiones, algo más que medios de comunicación

Cuando encendemos nuestra televisión sentados tranquilamente en nuestro sofá o sillón, no pensamos en todo lo que existe detrás de esa “caja tonta”. Vemos los distintos programas y series que se emiten pero no nos damos cuenta del largo proceso de decisiones que se realizan para que esa serie o programa termine ante nosotros al darle a un botoncito de nuestro mando.


En los medios de comunicación existe una amplia estructura jerárquica de profesionales dedicados a un mismo fin, la misión de su empresa. La alta dirección es la más capacitada para decidir qué línea debe seguir la empresa, ya que ellos tienen una visión en conjunto de toda la organización. Sin embargo, es imprescindible también que todos los trabajadores de la empresa tengan claro qué busca su empresa y qué dirección debe llevar. De esta manera, todas las acciones que partan del trabajo conjunto de la empresa serán acordes con su misión. Objetivo que puede adquirir varios caminos dependiendo de lo que quiera conseguir la empresa en el mercado: audiencia, imagen de empresa, mayor poder de negociación, etc.


Pero las televisiones están demostrando últimamente que son algo más que medios audiovisuales de comunicación. Van más allá de la simple concepción de transmisores de contenidos por la “caja tonta”. Ahora también se convierten en copartícipes y promotores del séptimo arte. Antena 3 es una de las cadenas que más implicada está en la producción de películas y miniseries. Es una empresa informativa que apuesta por su relación con el cine y para ello cuenta con una productora bajo su grupo Antena 3, la productora Antena 3 Films, anteriormente llamada Ensueño Films.



El último trabajo de la productora ha sido la película Pagafantas. Con este filme son más de quince las producciones propias del grupo Antena 3. Televisión y cine se unen una vez más y no sólo en la emisión de las películas en la programación de los sábados por la tarde. Crear películas y miniseries es otro de los objetivos de esta empresa informativa para ampliar su oferta de contenidos y dar publicidad a la cadena. Otro objetivo más del grupo empresarial a tener en cuenta en las acciones de esta empresa informativa. Antena 3 apuesta por el cine español y Antena 3 Films es muestra de ello.



Network, asesinado por la audiencia

En ocho días podrán ver en directo mi suicidio”. Decir algo así en un informativo de una cadena de televisión está claro que no deja indiferente a nadie. Ya te tomen por loco o quizás más en serio, cada uno que reciba este mensaje dará una respuesta. Y si hablamos de audiencias, ¿cuál es la reacción más lógica que pueden ofrecer?



En la película Network aparece la respuesta. En este filme, de 1976, aunque tiene una vigencia actual asombrosa, se refleja el poder que algunos medios de comunicación, como la televisión, tienen en la formación de la opinión pública así como en la vida diaria de los espectadores. Y además, cómo los medios depende totalmente de la audiencia. En esta relación de dependencia mutua, no se podría decir muy bien quién es el elemento dominante. Si las empresas informativas no tienen audiencia, no obtienen beneficios. Pero por otra parte, los medios tienen la capacidad de conducir a los espectadores en su día a día formándoles la opinión con sus contenidos.

Sin embargo, el mayor peligro que destaca la película es la competitividad agresiva en el mundo mediático. Una cadena como la ficticia UBS de la película, que no cuenta con éxito en ninguno de sus programas, debe plantearse la reestructuración de la empresa. Por ello, para ser más competitivos deciden eliminar de la plantilla de informativos al veterano presentador Howard Beale (interpretado por Peter Finch). Es entonces cuando éste decide comunicar en directo su despido y su suicidio en ocho días.

Las cifras de rating aumentan de manera impensable desde ese momento. La audiencia dio su respuesta: se interesó por la cadena, al igual que el resto de medios de comunicación que tomaron el hecho como noticia. Los directivos, viendo el éxito del comunicado del presentador, deciden sacarle partido y convertirlo en el “profeta de la actualidad”, dejándole minutos de pantalla para vociferar de los medios y de la vida. Pero la audiencia es exigente y pronto se cansa de las novedades. Así que el programa dejó de tener éxito y Howard era de nuevo un problema para la cadena, que no duda en contratar a terroristas para asesinarlo.



¿Hasta dónde son capaces los medios de comunicación para conseguir audiencia. Está claro que en el mundo de la televisión, como de otros medios de comunicación, el que no lucha no gana. Pero ¿vale todo por conseguir la victoria o misión? ¿Es aceptable cualquier contenido banal con tal de que entretenga? “El televisor es el Evangelio” y además, “un circo” y “una fábrica de matar el aburrimiento” donde nos dicen “lo que queremos oír”. Howard grita todo esto, pero el peligro para la cadena aparece cuando se le escucha. ¿Conviene para los medios que nosotros como espectadores analicemos más allá sus estrategias y nos rebelemos?

La respuesta, según la película, parece evidente: no. En un panorama tan competitivo donde casi todo está inventado, conseguir audiencia es complicado y aún mucho más si tienes en tu cadena a un profeta que termina declarando que estamos deshumanizados y que el ser humano no lo está haciendo bien. Habrá entonces que dejar a los medios ser nuestro espectáculo que nos mantenga distraídos, eso parece. ¿Es tan malo saber que la estrategia de cualquier medio es conseguir mucha audiencia dándole “lo que quiere”? ¿O tendremos que levantarnos como Howard y decir: “estoy más que harto y no pienso seguir soportándolo”?

sábado, 9 de enero de 2010

El teléfono móvil, la nueva herramienta del periodista



Los avances en la tecnología móvil no sólo sirven para que podamos comunicarnos con nuestros familiares y amigos por videoconferencia o con increíbles fotografías, que parece mentira que hayan sido realizadas con una cámara tan pequeña. Ahora con esas maravillosas máquinas podemos transmitir imágenes desde cualquier punto del país en muy poco tiempo. Y eso para un periodista es una gran ayuda.

Internet llega a todas partes y con los móviles podemos subir vídeos de lo que sea en tan sólo unos instantes y que esos vídeos, sea donde sea, lo puedan ver personas del otro punto del planeta. Imágenes con poca resolución, en la mayoría de los casos, pero suficientes para servirnos de apoyo a los textos que encontramos en los periódicos digitales.

Sean aficionados o los mismos periodistas, es evidente que en los informativos de hoy en día estas imágenes son cada vez más utilizadas. Inundaciones, peleas o botellones. Todo se graba y se envía a los medios o se cuelga en Internet. Algunos lo usan como forma de denuncia y otros simplemente para compartirlo.

Pero en el uso de estos aparatitos a veces se producen conflictos y muchos lo usan de forma indebida, como lo ocurrido en la noticia que publidaba el periódico 20 minutos.

¿Son los móviles con cámara una buena herramienta para la comunicación? A pesar de casos como el de la noticia anterior, sí. Permiten, aunque no con la misma calidad que las cámaras convencionales, compartir imágenes y hacer más rica la información que los medios digitales nos ofrecen cada día. Si además de aparecer en Internet, están entrando en televisión, ¿cuál será el destino de este medio? ¿Calidad antes que la rapidez o rapidez informativa en menosprecio de la calidad por la persona y el medio con el que se graba ?
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