miércoles, 30 de diciembre de 2009

Año nuevo... tele nueva

El año 2010 debe ser un año especial y de los buenos, por lo menos el nombre da esperanzas. Y esperanzas es lo que nos da el nuevo modelo de televisión que va a dar comienzo a partir del 1 de enero en TVE. Lo nunca imaginado: una televisión sin cortes publicitarios. Ahora que queda poco tiempo para esta fecha, pensamos que por fin podremos ver una película o una serie sin que se nos corte en el mejor momento anunciándonos el último disco de Bisbal o la nueva tarifa de Yoigo.


Ya lo viene indicando la cadena nacional desde hace unos días. No emitirá spots publicitarios a partir del año que viene y en su lugar dará más importancia a la información, una forma adecuada de rellenar el espacio dejado por la publicidad. Los telediarios serán de una hora y aparecerán nuevos programas, también informativos, como La noche en 24 horas o Deporte noche.

Todos estos cambios se verán tanto en La 1, como en La 2 y en los demás canales que tiene en la TDT. Una reducción de publicidad que se verá también en los ingresos de la cadena. Más trocitos de tarta publicitaria para el resto de cadenas. Pero si ya TVE contaba con una existencia complicada en lo que se refería a las cuentas, ¿ahora sin las inyecciones de la publicidad, qué futuro le espera?

Fuera de los ingresos, la preocupación por la saturación publicitaria de la televisión en España se alivia un poco más gracias al nuevo rumbo de la cadena estatal. Esperemos que la eliminación de los spots signifiquen un aumento en la calidad de las emisiones y no un cambio de éstos por espacios igualmente interminables de "autobombo".

Más en la red: Televisión (ficticia) sin publicidad. Si no dudas no preguntas

lunes, 28 de diciembre de 2009

La mala imagen de los periodistas

Si estos profesionales comenzaron como un servicio público que todo el mundo admiraba y miraba como algo necesario, en los últimos tiempos, esta visión idílica del periodismo se ha venido un poco abajo . Y casi todo se podría decir que se debe a la influencia de la prensa rosa y del amarillismo en la información que vemos cada día en los medios. Para analizarlo, la Asociación de Prensa de Madrid ha publicado un informe de la Profesión Periodística que compara la imagen del periodista en 2009 y en 2008.

 
De acuerdo con el análisis que hace la asociación, este año la imagen del periodista es, en un 60% de los encuestados, regular, mala o muy mala. Por otro lado, para el 39,3%, los periodistas son vistos de manera buena o muy buena. Pero todo esto se incrementa en más negatividad si observamos los datos del año anterior, 2008. El pasado año, los porcentajes son un poco más favorables. La mala imagen se corresponde con un 52,5%, algo menor, y el número de los que opinaban que los periodistas tienen una buena imagen era cuatro puntos mayor, un 44,2%.

Pero fuera de números, ¿qué lleva a los periodistas a dar una buena o mala imagen? La vulneración en la intimidad que realiza continuamente la prensa rosa es uno de los motivos que apunta el informe. Destinos vacacionales, salidas de compras, rupturas, nuevos amores,... Todo se nos cuenta en este tipo de "periodismo". Todo lo que no debería importar, por lo menos, como para ocupar espacio en medios de comucación. ¿De verdad importa tanto dónde va cierto famoso de vacaciones? ¿O qué van a recibir por reyes los niños de la Casa Real? Para algún sector de la población puede que sí lo sea, pero los medios de comunicación, que se golpean en el pecho orgullosos de su objetividad, caen en la hipocresía de entrometerse en vidas ajenas valorando lo que hacen unos y otros.

Esta falta de objetividad que se nota también en las noticias de otro ámbito, cuando se perciben claramente los intereses de los grupos empresariales que hay detrás. Noticias que son de portada para algunos medios y en otros sólo ocupan una esquina sin fotografía, por ser una empresa perteneciente al mismo grupo del primer medio y ser competencia del segundo. Todos estos intereses ocultos se hacen más fuertes en situaciones como la que vivimos actualmente. La crisis acentúa las relaciones de conveniencia para conseguir más beneficios y a su vez, influye en la calidad laboral de los periodistas, que últimamente están siendo atacados con el paro.

¿Hasta dónde llegará esta situación? ¿Podrá salvarse la profesión periodística del destino, que si continúa así, le espera? Está claro que una precariedad laboral da como resultado un trabajo nefasto. Por lo que un punto de partida podría ser el acento en conseguir que la información venga de la mano de verdaderos profesionales acabando con el intrusismo, que tanto daño está haciendo a la profesión. Y para minimizar los problemas, ¿no estaría bien un código general de periodistas, una asociación, que los defienda de los abusos de los intereses grupales?
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